¡Vamos a crear nuestro frasco de la calma! Hace tiempo que queríamos hacerlo y por fin ha llegado el día. Es una de las técnicas Montessori más conocidas, es súper fácil y sirve para calmar a los niños en momentos de rabietas, les ayuda a gestionar sus emociones.
Ideal para dejarlo en "el rincón de la calma" si tenéis o ofrecérselo cuando estén enfadados para que se relajen. Al agitarlo los niños liberan las tensiones acumuladas y seguidamente, al ver el movimiento de la purpurina les relaja y reduce su ansiedad.
Necesitamos....
- Agua caliente, del grifo sirve.
- Pegamento transparente (o glitter glue).
- Purpurina.
- Estrellitas (opcional).
- Un palo.
- Un recipiente transparente, mejor si es de plástico.
... y una vez lo tengas todo, ¡empezamos!
- Añade agua caliente en el recipiente transparente que hayas elegido, preferiblemente de plástico por si durante un rabieta lo lanzan, que no se rompa. Nosotros hemos elegido una botella de plástico.
- Añade pegamento transparente o, como nosotros, pegamento con purpurina verde. Remuévelo con el palo.
- Añade purpurina, estrellitas, lo que quieras para que brille y de ese efecto de calma. Remueve de nuevo.
- Cierra el bote de la calma. Añade cola en el tapón para cerrarlo bien y que los peques no lo puedan abrir. Así será más seguro.
Es una actividad muy divertida para hacer en familia y que puede ser de gran ayuda en momento de estrés, hiperactividad o ansiedad.
Aquí os dejamos un vídeo de como hemos hecho nuestro frasco de la calma y el resultado final. ¡Esperamos que os guste!
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