Estos días nos hemos puesto a ordenar y decorar la habitación de los niños y nos faltaban espacios que personalizar así que decidimos crear nuestros propios cuadros. Están en proyecto dos grandes para una pared pero para empezar hemos hecho dos pequeños, muy coloridos y que serán un recuerdo para cuando crezcan: sus manos.
Necesitamos....
- Lienzos para pintura. Los nuestros son de 30x40cm de algodón 280g/m2
- Pinturas de colores
- Platos de plástico
- Una brocha
- Celo de papel
... y una vez lo tengas todo, ¡empezamos!
- Nosotros queremos dejar unos bordes blancos alrededor del lienzo así que ponemos celo de papel en los bordes para no pintar fuera de la zona de trabajo.
- Ponemos en los platos de plástico los colores que vamos a usar.
- Con la ayuda de una brocha, en nuestro caso una bastante gruesa, pintamos el fondo con los colores que más nos gustan y dejamos secar.
- Una vez seco es el momento de poner las manos de los niños en pintura y que dejen su huella. Recuerda tener cerca un bol con agua y papel de cocina para que las manos vayan directamente a remojo y quitar la pintura.
Para colgarlos, como son muy ligeros, hemos usado unas tiras de velcro para no tener que hacer agujeros y, además, si queremos cambiar de lugar el cuadro es mucho más fácil.
De esta manera, los peques de la casa también pueden participar en el paso de colocar el cuadro en la pared ya que no supone un peligro.
Es una actividad muy barata y súper divertida, los lienzos los podéis conseguir en un bazar por 1,5 € a 3€ dependiendo del tamaño.
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